Lo primero, pon «asesinato machista»

Y después cuenta la noticia.

La noticia es una tragedia. Un hombre mató a su mujer, de 31 años, y después se arrojó al vacío desde un séptimo piso.
Una parte importante de la noticia es que el hombre había llamado ese mismo día a la Ertzaintza, en varias ocasiones, para pedir protección. Decía sentirse perseguido por varias personas que pretendían agredirlo. Su mujer llamó por teléfono a la madre de aquél, se produjo una fuerte discusión entre la pareja, y finalmente el hombre la mató con un cuchillo.
Varios agentes de la Ertzaintza llegaron al domicilio momentos antes de que el hombre se suicidase. Intentaron convencerle de que abriera la puerta, pero él seguía repitiendo que lo querían matar.

No había ningún indicio de que el hombre fuera violento o machista. No hubo denuncias o agresiones previas.
Lo que sí había era una enfermedad mental. El hombre estaba en tratamiento por esquizofrenia. Y en lo que parece un brote psicótico, con todo lo que eso implica, asesinó a su mujer.

El Ayuntamiento de la localidad -Sestao- emitió una nota de rechazo al asesinato y contra la «violencia sexista». En el periódico Deia se referían a la tragedia como «asesinato machista». Antes y después de tener constancia del tratamiento por esquizofrenia.

Hoy ese mismo periódico dice que las autoridades destacaron la necesidad de la «implicación» de la sociedad ante «un problema que es estructural». Esa autoridad es la directora de Emakunde. Otra autoridad, el secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, calificó estos hechos como «una de las mayores lacras e ignominias» que vive el Estado desde hace muchos años. Por último, el alcalde de Sestao llamó a las administraciones a «trasladar a los jóvenes valores de respeto, de igualdad y de cuidarnos unos a otros y no hacer estas barbaridades».

Entre esas autoridades, ningún psiquiatra.
Porque lo principal es que fue un asesinato machista, con todo lo que eso implica.