En su columna de hace unos días, David Torres menciona una anécdota sobre George Bernard Shaw antes de referirse al viaje de representantes de Podemos, la Cup y el familiar de un preso de ETA a Venezuela. No era mal comienzo. George Bernard Shaw viajó a la URSS, volvió y contó que las noticias sobre las hambrunas, las purgas y el terror eran exageradas. Que allí sólo vio trabajadores entusiastas, un sistema económico que funcionaba, a pesar de algunos desajustes propios de los grandes experimentos sociales, y una educación que cada vez llegaba a más gente. Estaba encantado.
Pero David Torres no iba por ahí. Se refería a la anécdota sobre la publicación del fallecimiento de Shaw cuando éste aún estaba vivo. El periodista, como Antena 3 -por ahí van los tiros- no retrocede ante nada, mucho menos ante la realidad. Y los medios siguen empeñados en vincular a Podemos con Venezuela y con ETA. ¡Qué audacia!
La cuestión es que en todo este revuelo hay quienes dan más importancia a la exclusiva que a la información. Eso es cierto. Cualquier noticia que relacione a Podemos con ETA o con Venezuela va a generar clicks. Pero sólo si es exclusiva, si se vende con los mecanismos publicitarios adecuados. Lo de Antena 3 el otro día es un claro ejemplo. También lo que sacaron en El Español. Lo importante no es que sea nuevo, y mucho menos que sea relevante; lo importante es que suene espectacular. ¿La relación de Podemos con ETA? Seamos serios. En primer lugar, sobra ese «la». Hay varias. En segundo lugar, decir «relaciones con ETA» es no decir nada. Hay que concretar de qué tipo de relación estamos hablando. Si nos referimos a un viaje en el mismo avión, haremos el ridículo. Si nos referimos a un acto para denunciar la situación de los presos de ETA, puede que no hagamos el ridículo, pero desde luego no se trataría de algo nuevo.
Por eso, qué demonios, ponemos «homenaje». Por si fuera poco, la representante de Podemos está girada y no se le ve la cara.
Así que estas exclusivas inundan las redes sociales por unas horas, y se desinflan al día siguiente. El objetivo está cumplido. El objetivo, claro, no es informar sobre Podemos.
Porque si el objetivo fuera informar sobre las relaciones de Podemos con ETA, tendrían muchísimo material. Podrían mostrar los vídeos en los que Pablo Iglesias habla de ETA. Podrían preguntarse por las compañías elegidas. Pablo Hasél, por ejemplo. Podrían hacer un perfil de Antón Gómez-Reino, diputado en el Congreso que firmó un manifiesto de solidaridad con De Juana. O de Santiago Alba Rico, que fue candidato al Senado. Podrían leer el Bloque Programático de Pluralidad, Convivencia, Paz y Víctimas del acuerdo de Gobierno de Navarra, firmado por Geroa Bai, EH Bildu, Izquierda-Ezkerra y Podemos.
En cuanto a Venezuela, es aún más fácil. Si se trata de demostrar que Podemos es un partido controlado por el chavismo, financiado por el chavismo y con el objetivo de implantar el chavismo en España, habrá que investigar a fondo. Lo que sí se puede demostrar ahora es que Podemos y sus dirigentes han manifestado su simpatía por el chavismo en infinidad de ocasiones, que han elogiado las tácticas del chavismo, y que no se han preocupado demasiado por los ataques a la ley y a la oposición. No podemos decir que sorprenda: «
Lo que Podemos (afortunadamente) aprendió de Venezuela.»
Si todo eso no es suficiente para que los ciudadanos reaccionen, entonces el problema es de estos últimos, no de la prensa.
Decía que la mención a Shaw de la columna de David Torres no era mal comienzo. Y lo decía porque ése es exactamente el papel que están representando bastantes personas en España, desde hace mucho tiempo. Ése y el de Walter Duranty, dependiendo del sector. No hay graves problemas en Venezuela respecto a la violencia, la economía o el respeto a la ley. Y si los hay es culpa de la CIA, de la oposición o del bloqueo. Del mismo modo, tampoco hay nada especialmente peligroso en Podemos. Ni sus declaraciones, ni su financiación ni sus vínculos.
Russians hungry, but not starving.
Contra el público. Lectura más que recomendada.
Pasión, objetividad y la decisión de no mirar. También recomendada. Desde ahí llegué a la anterior.
Y una última recomendación: Estudiar al enemigo.