‘Contra la impunidad’

El viernes se estrenó en cuatro cines de España la última película de Iñaki Arteta. Los ciudadanos de Madrid, Barcelona, Bilbao y Vitoria pudieron participar en una liturgia muy poco frecuente: la de recordar en público, junto a otros ciudadanos, algunos de los episodios de la historia de la organización terrorista ETA. Lo infrecuente es la liturgia, el hecho de llevar algo que se hace en privado -si es que se hace- al espacio público, que es donde debe estar.
La sala de Bilbao era pequeña, pero estaba llena. Habría cerca de 50 personas.
En San Sebastián, como recordaba Santiago González, no hay ninguna sala que lo proyecte.

La película es muy distinta a ‘1980’. Ésta era tremenda en cuando a su dureza e impacto emocional. ‘Contra la impunidad’ es un recordatorio no de los crímenes perpetrados por ETA, sino sólo de aquéllos que no han sido resueltos o suficientemente investigados.
Muñoz Molina, cuando escribió sobre ‘1980’, hizo referencia al atentado de Salvatierra. El atentado por el que un sacerdote, Ismael Arrieta Pérez de Mendiola, fue condenado como colaborador necesario. El atentado en el que unos vecinos del pueblo gritaron que uno de los tres guardias civiles aún estaba vivo. Para que los terroristas lo rematasen.
La columna de Muñoz Molina se tituló ‘Los desalmados’. Pero no se refería a los asesinos ni a los cómplices, sino a todos aquellos que, como decía el filósofo Aurelio Arteta refiriéndose también a sí mismo, no tenían alma para fijarse en lo que sucedía.

En ‘Contra la impunidad’, además de una explicación de los procesos judiciales mal resueltos y de las nuevas vías para juzgar asesinatos prescritos, hay dos momentos que le acompañan a uno mientras vuelve a casa.

En primer lugar, el diálogo que se produce en el Parlamento de Navarra entre Juanfer F. Calderín y Carlos Fernández de Casadevante, de un lado, y Bakartxo Ruiz, parlamentaria de EH Bildu, del otro. A las palabras de Carlos Fernández sobre las negligencias del Estado en la investigación de algunos crímenes de ETA y sobre la necesidad de aclarar esos crímenes, Bakartxo Ruiz responde con una llamada a la reconciliación. La concisa respuesta de Carlos Fernández es seguida por los nombres y las fotos de algunas de las personas que fueron asesinadas por ETA cuando el portavoz de EH Bildu, Adolfo Araiz, era miembro de la Mesa Nacional de Herri Batasuna.  Juanfer F. Calderín dirigió los nombres y las fotos a la parlamentaria de EH Bildu. La reacción de Ruiz es una visión de lo que viene. De lo que dirán los de un lado, y de lo que no deberían dejar de decir los del otro.

En segundo lugar, las escenas de Manuel Zamarreño, sobre las que no cabe hacer literatura.

Esto es lo que se lleva uno a casa, entre otras cosas.
Iñaki Arteta está haciendo un trabajo necesario y triste, escribió Muñoz Molina tras el estreno de ‘1980’. Hoy presenta su última película en el Artistic Metropol, en Madrid, a las 20:00.